Agradeciendo a Dios en todo momento
Este es el mensaje que el Pastor Daniel dio en la iglesia Somerset Hills Lutheran Church el 20 de Noviembre de 2016.
Leer el Libro de Daniel 6:6-27
¿Has dado gracias a Dios por los momentos difíciles de tu vida? Generalmente nuestra acción de gracias a Dios consiste en darle gracias a Dios por cosas que nos agradan, es decir, “gracias por mi casa, trabajo, familia, etc.” Es bueno darle gracias a Dios por esas cosas. Pero, eso es como decir: “Dios, me gustan algunas de las cosas que me das y puedo agradecerte por ellas. Pero para ser completamente honesto, Dios, hay algunas cosas que has permitido que sucedan en mi vida por las que no puedo estar agradecido.”
¿Has dado gracias a Dios por perder tu trabajo, por la enfermedad que tienes, por tus luchas económicas, por tus problemas matrimoniales y tus luchas diarias? Muy a menudo no logramos comprender la profundidad del amor de Dios, la sabiduría con la que Él ha planeado nuestras vidas, y el precio que pagó para llevar a sus hijos a la gloria.
La historia de Daniel, en el capitulo 6 del libro que lleva su nombre, nos ayuda a comprender que debemos agradecer a Dios incluso en circunstancias difíciles. Daniel era parte de un grupo de jóvenes brillantes que fueron los primeros en ser deportados a Babilonia para recibir capacitación para puestos importantes en el gobierno. Se le describe a Daniel como un hombre de gran fe. Aunque estuvo rodeado por la corrupción de la corte real babilónica, Daniel permaneció fiel al Dios de sus padres. La historia del capitulo 6 ocurre cuando Daniel tenía aproximadamente unos 80 años. Darío era el rey de Babilonia y fue engañado para emitir un decreto:
Los líderes del gobierno estaban celosos de Daniel ya que el era muy respetado y ocupaba una alta posición en el reino. Ellos sabían que Daniel oraba a su Dios tres veces al día, y este decreto permitiría a los líderes finalmente deshacerse de Daniel.
Daniel probablemente sabía de la conspiración en contra suya y tenía que tomar una gran decisión. Se le debió haber ocurrido una de estas ideas, “Intentar burlar a sus oponentes; darse por vencido y ceder ante el complot.” O a lo mejor se le ocurrió, “Arriesgarse a perder su vida y puesto en el gobierno.” Daniel ya no podría ayudar a los judíos exiliados si mañana es destrozado por leones.
¿Pensemos en las opciones que Daniel tenía: ¿Orar a Dios a través de Darío? ¡Inconcebible! ¿Dejar de orar durante un mes? ¡Igual de impensable! ¿Podría quizás orar en secreto en lugar de hacerlo frente a una ventana abierta que da a Jerusalén? Esto también era inconcebible para Daniel. Su vida de lealtad a Dios la ha vivido abiertamente. Para él, darle a sus oponentes la impresión de que había abandonado su forma anterior de orar habría equivalido a negar a su Dios. En cambio, como era su costumbre, después de escuchar el decreto, Daniel subió a su habitación del segundo piso, donde las ventanas se abrían hacia Jerusalén y oró a Dios, tal como lo había hecho antes.
Aunque se dio cuenta de que este bien podría ser su último día en la tierra, aunque sabía muy bien que una horrible muerte como mártir estaba planeada para él, Daniel aun asi encontró una razón para dar gracias a Dios en medio de su prueba.
¿Has dado gracias a Dios por los momentos difíciles de tu vida? Otro hombre fiel en la Biblia fue Job. Después de que Dios le quitó su protección, Job perdió todo lo que tenía y sufrió una terrible enfermedad. La esposa de Job le dijo: “¿Aún conservas tu integridad? ¡Maldice a Dios y muere! Él respondió: “Estás hablando como una mujer insensata. ¿Acaso hemos de recibir de Dios sólo bendiciones, y no las calamidades?
Cuando damos gracias a Dios por los problemas que tenemos, reconocemos que estamos bajo el cuidado de Dios. Estamos reconociendo que Él es quien tiene el control y confiamos en Él. Estamos siendo fieles a Él.
Dar gracias a Dios en circunstancias difíciles es lo opuesto a quienes somos y como actuamos, ya que por lo general estamos programados a no hacerlo. El deseo de Dios para nosotros es que crezcamos en nuestra fe hacia Él, y la única manera de crecer es cuando el Espíritu Santo obra en nosotros para ser imitadores de Jesús.
El tercer artículo del Credo de los Apóstoles dice: “Creo en el Espíritu Santo…” ¿Qué significa esto? Creo que no puedo por mi propia razón o fuerza creer en Jesucristo, mi Señor, ni venir a Él; pero el Espíritu Santo me ha llamado por el Evangelio, me ha iluminado con sus dones (regalos), me ha santificado y me ha guardado en la verdadera fe. Ser santificado o Santificación es obra del Espíritu Santo en nosotros y eso significa que Él nos ayuda a crecer espiritualmente. El Espíritu que ayudó a Cristo durante los días de humillación a hacer el bien a los demás y a ofrecerse a sí mismo como sacrificio a su Padre es el mismo Espíritu que Cristo a través de su muerte, resurrección y ascensión nos dio a ti y a mí.
Dar gracias a Dios en tiempos difíciles no es fácil. Vamos a luchar con eso. Pero Su Espíritu Santo está con nosotros ayudándonos a ser agradecidos en todas las circunstancias. Él transforma nuestras vidas todos los días. Ese mismo Espíritu estuvo con Daniel cuando oró y dio gracias a Dios en la ventana abierta que daba a Jerusalén, sabiendo que ese era su último día en la tierra. La Biblia nos dice que Dios fue misericordioso y los ángeles cerraron la boca del león. Daniel fue liberado del foso de los leones. El rey Darío se dio cuenta de que había sido engañado por los acusadores de Daniel que crearon este decreto. En su ira, el rey arrojó a los enemigos de Daniel al foso de los leones, demostrando que los leones eran reales y estaban vivos, y que lo que le sucedió a Daniel no fue un truco.
Dios fue fiel a Daniel. Él lo salvó de la muerte. Y gracias a la confianza de Daniel en Dios, toda la nación de Babilonia adoró al Dios de Daniel. Cuando damos gracias a Dios en medio de circunstancias difíciles, vemos la mano de Dios obrando en nosotros. Vemos su fidelidad. Otros verán nuestra fe en acción y alabarán al Dios del cielo y de la tierra.
Esta semana, si tu auto se descompone; si tienes otro procedimiento médico o las cosas simplemente no salen según lo planeado, dale gracias a Dios y observa cómo Su Espíritu Santo cambia quién eres.